"No es nada el alma sin patria..."

"No es nada el alma sin patria..."

...Aunque el misterioso Teherán escucha los primeros pasos de la primavera, aún no se ha despertado totalmente del sueño de invierno. Débiles rayos de sol como si no es suficiente para calentar esta enorme ciudad. Y además, ¿Por qué el viejo Teherán necesita este temprano y falso calor de los principios de la primavera? La vida de la magnífica ciudad que hierve como cazuela de todos modos se parece al remolino. Teherán discreto es muy consciente de que cuando y cuánto es necesario algo...

En Teherán de 1953, la famosa chayjana en el barrio donde viven los azerbaiyanos es muy conocida. No porque aquí dan el té más delicioso del mundo, ponen en la mesa aromático variado nogul, pasa de uva, postre. Aquí también es el lugar donde confluyen los emigrantes, los artistas azerbaiyanos que viven en Teherán.      

Y esta noche en chayjana hay mucha gente. El trio de los sazendes sentado en un rincón de la sala pequeña inundada con el olor de tabaco y la niebla de pipa, interpreta mugams y tesnifs antiguos de Azerbaiyán.  "Rast", "Shur", "Zemin-jarə"... Los trinos flagelan el corazón. Todo el mundo respira y oye la interpretación  quejumbrosa sobre "Segah" del janende de 86 años que con sus dedos temblantes aprieta el tambor contra su pecho cuyo color se ha desvanecido por lo que se está deteriorando...

A pesar de la edad avanzada  la voz es la misma. También, el corazón que siempre late con nostalgia por la Patria aún no se ha agotado. Muchos de los presentes en la sala no pueden contener las lágrimas. Tampoco el janende. Si no fueran aquellos que culpan, lanzaría el tambor a un lado y lloraría amargamente y desahogaría a su corazón.

Es el amor por el arte que mantiene en pie este hombre solitario cuyos ojos rugen con el amor a la vida. Él consigue poder del tono misterioso del tar y kaman y de los gazels mágicos. El amor y la compasión de las personas de su círculo con el anhelo como él mismo es como un bálsamo para él. El viejo janende sabe que lo que canta es más importante que pan y agua para estos desgraciados cuyos almas arden de amor por Patria. Él mismo durante muchos años sobrevive con poco dinero de otras personas. Pero sin la Patria...

No todos los clientes del chayjana saben que el anciano a quien cariñosamente llaman “Seyid agha”, es Seyid Mirbabayev que una vez fue el famoso janende y millonario de Bakú. Este hombre cuyo nombre real es Mirtaghi, nació en 1867 en la familia de la persona que recitaba elegías y más tarde ganó fama como un janende.     Como la evaluación de su arte, en 1867, él recibió la invitación por la compañía discográfica "Gramófono" a Riga y Varsovia para la grabación de su voz en la placa.   

Seyid que conquistaba los corazones con su voz suave, era una estrella brillante de las bodas de Bakú. La alta sociedad tuvo el honor de verlo en sus reuniones.   Derramaban oro y dinero sobre su cabeza como las hojas caídas. Las placas de gramófono del janende eran vendidos a altos precios. La boda del único hijo del millonario Shikhbalayev cambió radicalmente la vida de Seyid.  La persona de cuyo  cinturón en la cintura fue colgada la daga de oro decorada con diamantes caros – tío del novio había dicho a janende grandiosamente:  

– Seyid, te regalo el pozo en “Bala shoranlig” heredado de mi abuela. Allí todavía no han concluido la perforación, pero yo me encargo de todo. Si el pozo brota te convertirás en un millonario. Y ahora encántanos con tu magnífica interpretación.”

Todo Bakú estaba hablando de esta boda, muchos decían que este regalo era una mentira. Pero poco después el pozo brotó y un día janende Seyid se convirtió en millonario Seyid agha.  

Fue Haji Zeynalabdin Taghiyev el que cuidaba más que nadie a Seyid aturdido por la riqueza repentina. Haji valoraba altamente su capacidad interpretativa y a menudo escuchaba las placas del janende. Ante la insistencia de Taghiyev, Mirbabayev había tomado bajo sus alas al seminario de Gori. 

El dinero del petróleo le cambió completamente a Seyid. El janende pudiente sentía avergonzado de su profesión anterior, compraba sus placas y los rompía en pedazos.  Ahora le atraía su vida de lujo, el brillo de millones. Seyid que se abstuvo de construir familia, otra vez con el asesoramiento de Taghiyev compró uno de los edificios más bellos en Bakú (el edificio actual de SOCAR), pero él no pudo vivir en la propiedad por mucho tiempo. La revolución, al igual que otros le obligó a Mirbabayev a la vida en el exilio.

La riqueza que Seyid llevó a París en un instante se agotó.  Cuando el millonario en bancarrota vagaba por las calles de Paris en la miseria, encontró al representante prominente de la generación de Ashurbeylis, Teymur bey Ashurbeyli. Teymur bey,  que vio la situación difícil del janende cuyo voz y arte respeta, lo llevó a Teherán, él mismo y sus hijos le siempre mostraron gran cuidado.

Y las placas las cuales Seyid Mirbabayev quería destruir, el pueblo agradecido las guardó como recuerdo preciado del gran artista. 

...Esta pequeña chayjana en el ombligo de Teherán  ahora es una parte de Azerbaiyán para el viejo janende. Se había dado cuenta de que, la vida no sería suficiente, que nunca volvería a ver su tierra natal, por la que sentía nostalgia durante años y a la que amaba con devoción. Seyid por última vez estrangula sollozos con “Segah”: “no es nada el alma sin Patria...” 

Seyid Mirbabayev murió en Teherán en 1953 a la edad de 86 años.  

 

Farhad SABİROGLU

 

 

 

 

OTROS ARTÍCULOS