El destino de nuestros científicos que emigraron en los siglos medievales

El destino de nuestros científicos que emigraron en los siglos medievales

Azerbaiyán – Centro de ciencia del Oriente  

El hecho de vivir la vida del emigrante de los hombres de ciencia - los científicos, filósofos y los pensadores en Azerbaiyán de la Edad Media era considerado uno de los casos ordinarios. Naturalmente, si el científico pertenecía al palacio, no había necesidad para dejar su Patria y buscar refugio en tierras extranjeras.  

En los siglos medievales los hombres de ciencia de Azerbaiyán tenían algunas razones para ir al extranjero:  

- no reconciliarse con el modo de administrar de los gobernadores que eran gobernantes absolutos y el deseo de salvarse del árbol de la ejecución; 
- la gana de dominar más conocimientos no estando satisfecho con potencial científico de la geografía donde vivía (Ellos iban a las ciudades que eran los centros de ciencia de la época, Sham, Nishapur, Bagdad, Samarcanda)
- la presión de los gobernadores (por ejemplo, después de cruzada de Amir Teymur a Azerbaiyán, él ordenó llevar los mejores científicos y artesanos a Samarcanda.  Después de esta orden, los científicos y artesanos que se consideraban la crema y las mentes brillantes del país se vieron obligados a salir de Azerbaiyán lo que causó un enorme vacío).

Había aquellos científicos que fueron capaces de beneficiarse de las tradiciones científicas existentes en Azerbaiyán en el país a donde fueron, con lo que dieron su contribución a la prosperidad intelectual del país de residencia. Por ejemplo, Jamaladdin Bujari tuvo una gran influencia en el desarrollo de la ciencia en la lejana China. Entonces Fao Mun Chi y otros científicos chinos estudiaban astronomía en el observatorio en Maragha. Después de trabajar en el observatorio de Maragha, Fao Mun Chi y Jamaladdin Bujari, teniendo el proyecto del observatorio, fueron a Pekín. Esto hizo posible la construcción de un observatorio en Pekín.

A principios del siglo XIV en Tabriz fue organizado el centro científico que se llamaba "Dar ush- shefa" y los científicos educados en este centro más tarde se convirtieron en los hombres educados de diferentes países del Este. Podemos decir con confianza que la ciencia en el Este que recibió el mayor desarrollo en la Edad Media debería estar agradecido a los científicos de Azerbaiyán que vivían como inmigrante.

Hay demasiados científicos de Azerbaiyán que emigraron en siglos medievales. Sin embargo, el más desafortunado fue el destino del filósofo Eynalguzzat Miyanachi - autor de la obra "La queja de un extraño." Él Fue perseguido por los líderes religiosos a una edad muy temprana por las vistas panteístas.

«La queja de un extranjero» describe el dolor común de todos los científicos que tenían una vida de migrante en la edad media. Afortunadamente, la vida de migrante de Eynalguzzat Miyanachi no fue tan largo como la vida de otros científicos. Él regresó a Hamadán unos años más tarde. Un año más tarde, en 1131, a la edad de 33, fue ejecutado por la decisión de figuras religiosas en la escuela religiosa donde trabajaba como profesor.

Jatib Tabrizi (siglo XI) que dejó su patria y su familia por el bien de la ciencia, con el fin de enriquecer su educación viajó por todas las ciudades del este. Su deseo de conseguir una educación lo llevó primero a Siria. Aquí Jatib recibió clases de teología, lexicografía y poesía de los conocidos científicos árabes. Luego fue a Egipto y tomó lecciones de gramática árabe de Tahir ibn Babashaz, un científico cortezano. En 1067, por el apoyo financiero de los gobernantes turcos selyúcidas en Bagdad fue abierta la madrasa que se llamaba “Nizamiyya” en honor a un destacado visir Nizam ul-Mulk y más tarde ganó fama en todo el oriente. Historia, literatura, lingüística, astronomía, matemáticas y muchas otras ciencias seculares se enseñaban en esa escuela. Jatib Tabrizi había enseñado literatura durante 40 años en esa escuela desde sus primeros días hasta el fin de su vida y fue el organizador y jefe de la biblioteca famosa en la escuela. 

El 3 de enero de 1109, el domingo, se le paró el corazón del gran científico. Jatib Tabrizi fue enterrado en el cementerio de "Bab Abraz" en Bagdad.

 

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