Tristeza de Qubadli

Tristeza de Qubadli

Tía Matanat es la refugiada de Qubadli que fue ocupado por los ocupadores armenios el 31 de agosto de 1993. Desde que fue desplazada del pueblo donde se casó, junto con dos hijos, su marido y su suegra reside en una de las escuelas vocacionales en Sumgait. Cuando iba al encuentro con Mahammad Hasanov, el director del Departamento de Gestión en Zona del Poder Ejecutivo de Qubadli, no me podía olvidar lo que había dicho aquella mujer. Es una de las nuestras compatriotas desplazadas, de las compañeras de cuarto en nuestros lugares de trabajo, de las compañeras de camino en metro o en autobús, de nuestras compatriotas. Lamentablemente no todo el mundo tiene la oportunidad de hablar, compartir su dolor. Los dichos son suficientes para que tengamos una comprensión suficiente sobre aquel día ominoso. Interrumpo la conversación en medio porque ya he llegado al edificio del Poder Ejecutivo de la región Qubadli, situado en Sumgait.

Si no me equivoco, el edificio fue reparado capitalmente. El interior es muy ordenado y cómodo. Después de presentarme al oficial de policía, me subí al cuarto de Señor Mahammad. Después de saludarnos, él señaló medio en broma, medio en serio que daba entrevista por primera vez:

- Había trabajado como el instructor en el Poder Ejecutivo más de veinte años. Recientemente me han nombrado para el nuevo puesto. La región Qubadli limita al oeste con la República de Armenia, al norte con la región Lachin, al noreste con Nagorno Karabaj. Como se sabe, en el año de 1988 cuando empezó el conflicto, aproximadamente 250 miles de azerbaiyanos de Azerbaiyán Occidental fueron expulsados de sus hogares. Las fuerzas separatistas empezaron a activarse y exigieron la anexión de Nagorno Karabaj a Armenia. Desde entonces la región estaba siendo disparada regularmente. La población local estaba siendo secuestrada o asesinada. Con el fin de evitar esto, se establecieron los grupos de autodefensa de los voluntarios en la región. La gente tanto se defendía como se dedicaba a las labores agrícolas. Regularmente tiraban proyectiles a la región. La mayoría de las personas hicieron las zanjas en sus patios para que pudieran huirse en el tiempo de la caída de los proyectiles. Algunos se resguardaban en los sótanos debajo de los edificios altos. Durante los ataques de las fuerzas armadas armenias 238 habitantes de Qubadli fueron los mártires. Entre ellos 122 personas eran guerreros, 116 personas eran civiles.

Cada día de Qubadli pasó bajo la lluvia de proyectiles, balas constantemente durante cinco años, desde el año 1988 hasta el año 1993. En el año de 1993 fueron ocupadas las regiones Jabrail y Fuzuli. Después de eso, la región Qubadli casi ya estaba bloqueada.

Fueron los ataques desde los rumbos de Armenia, de Lachin y Djabrail y ya que las fuerzas eran desiguales, la gente tuvo que dejar la región. Nadie pudo sacar la cosa de su casa. La región Qubadli está situada entre los ríos de Hakari y Bargüshad. Bargushad fluye en la parte de Armenia, y Hakari en la parte de Lachin.  Fue el ataque a los pueblos de la región en rumbo del río Hakari, a los pueblos de Khanlig, Basarat, Muradkhanli. Nosotros no esperábamos este ataque. No había ninguna dirección para pedir ayuda porque las regiones estaban ocupadas. Pero cuando en Lachin tenían lugar las batallas, los voluntarios de Qubadli fueron allí. Como usted sabe el Héroe Nacional Aliyar Aliyev fue mártir en las batallas ocurridas en Lachin. Nuestra región tiene ocho Héroes Nacionales.

En ese momento con el fin de controlar la situación en los pueblos a orillas del río Hakari, crear entusiasmo entre los soldados y los residentes locales, el jefe del Ejecutivo había enviado a los trabajadores incluidos yo a esos lugares. Yo estaba en el pueblo Mardanli. Mis padres quedaban allí. A partir de la tarde, los armenios comenzaron a disparar a todos los tipos de armas. Entonces yo estaba en el puesto Zilanli, el puesto de Qubadli más cercano a Jabrail. Disparaban desde Armenia y Karabaj. En el camino yo vi que la gente ya huía. Y yo llegué a mis padres, saqué a mi familia en el coche del vecino. Dejándolas a mi familia en Imishli, con los parientes quienes habían venido como refugiados de Shusha, fue al pueblo Mammadbeyli a saber la situación. Mammadbeyli es el pueblo fronterizo de Zengilan con Qubadlı.

Cuando vi que los militares cerraron el camino entendí que ya no podemos ir a los pueblos.  Cuando vine a Sumgait no pude encontrar un cuarto libre en los lugares donde se asentaron los desplazados internos. Viví de alquiler en trece casas en Sumgait. Fue una situación muy difícil. Los lugares donde se asentaron las personas no tenían ni un sistema de canalización ni puertas y ventanas ni gas y electricidad. Los desplazados desesperados se habían resguardados en tales edificios sin terminar que allí sólo había hormigón. Se quedaban allí cerrando las puertas con una alfombra, y las ventanas con una manta. Luego me asenté en la Casa de Cultura en nombre de Nariman Narimanov. Gracias a la población local, porque nos ayudaron mucho. Los directores de las plantas, los jefes de las empresas, algunos de los cuales eran de Gubadli por su origen y vivían en Sumgait, cada de ellos proponía a los desplazados el lugar para vivir en sus oficinas.

Según el Sr. Mahammad,  la administración de la región decidió trasladar aquí el Poder Ejecutivo de Qubadli teniendo en cuenta al asentamiento de la mayoría de la población de la región en Sumgait:

- Veintidós miles de personas de treinta dos miles de la población de la región se habían asentadas en Sumgait. Cuando Sumqait fue fundada recientemente un montón de gente de los diferentes pueblos montañosos vino aquí a trabajar. Al mismo tiempo de Qubadli. Alguien tenía hijo, alguien tenía tío quien vivía aquí.  Por eso todos se vieron obligados a venir a sus familiares y así que la población de Qubadli en general se asentó en Sumgait.  

Sabemos que se realizaron muchos proyectos relacionados con los refugiados y los desplazados internos. Una de mis preguntas fue relacionada con la que las personas esperaban más del Poder Ejecutivo.

- Como sabemos en el marco del programa estatal fueron construidos los asentamientos para los desplazados internos. Las familias crecen, las personas no pueden encajarse en los cuartos de los albergues, los jardines de infancia donde vivían antes. Ahora hay más deseo de construir un distrito residencial para la región.    

Sr. Mahammad habló del sustento de la población. Nosotros todos escuchamos a las historias de las personas que tuvieron una vida dura con el corazón apesadumbrado. Era difícil para todo el mundo. Pero los dichos de la tía Matanat quien fue desplazado de su hogar caliente fueron unas campanas - la campana de la muerte  o la campana de la victoria - decidid vosotros mismos:

"Se puede imaginar cómo es difícil comenzar de nuevo en la vida,  especialmente con dos bebes, sin hogar, sin prendas, sin ropa de cama, sin utensilios de cocina, pero sólo aquellos que viven la vida de desplazamiento como nosotros, puede saber su dificultad. No hay dinero, ni trabajo. La situación fue tal que nuestros parientes en la ciudad vivían con dificultad. Cuando amanecía todo el mundo paseaba por buscar un pedazo de pan. Fue el tiempo de cosecha de la uva. Los campos de uvas fueron dejados sin vigilancia. Los gusanos y los pájaros los picoteaban.  Con mi esposo decidimos recoger las uvas y venderlas en la ciudad.  Así que fuimos al pueblo Veysalli de Jabrail.  Aquellos viñedos no dejaron a mis niños morirse de hambre. En cualquier momento podríamos encontrarnos a un armenio.  Los soldados en el puesto nos decían que jugábamos con la muerte. ¿Usted sabe, cómo era difícil ver los pueblos abandonados? Mis lágrimas fluían como un río mirando a las casas al borde de la carretera. En los patios quedaban cuya hamaca que había colgado para su niño, cuyo samovar con la leña que se puso dentro de él. Cuando mi esposo empezó a reparar el coche, mi paciencia se agotó. Escondiéndose de sus ojos, me dirigí a la casa, que estaba cerca de nosotros. Me acerqué a la ventana. Apoyé mi cabeza contra el cristal. Ardía el gas en la cocina. Se sentía que se acabaron de levantar de la mesa de comida.  Cuando vi la ropa militar en la silla, volví atrás inmediatamente. El coche se reparó y nosotros trajimos las uvas recogidas a la ciudad y las vendimos. Pero la hamaca abandonada todavía sigo teniéndola ante mis ojos, todavía".

 

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